viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Te acuerdas cuando...

...tod@s tus amig@s se pusieron a comentar aquél viaje al que no habías ido? O la noche de locura en la que estabas mal@?


Toda la conversación giraba en torno a eso, no quieres escuchar más veces las mismas anéctodas una y otra vez. Cada vez que la cuentan suena más divertido: la caída fue cada vez más de morros, el pipo de aceituna más asesino y la desorientación del "amigo desorientado" duró más horas cada vez; pero seguro que fue así porque lo cuentan con una alegría inmensa. Lo bueno de esas conversaciones es que tras 10 veces escuchadas (más o menos) acaban haciéndose tuyas, las imaginas como si las hubieses visto en una peli, y hasta puedes dar más detalles de la anécdota que el protagonista en cuestión, pero lo mejor de todo es que acabas disfrutándola como si de verdad hubieses vivido aquello.



Ahora, imagina que eres el protagonista de la anécdota (si te acuerdas), lo que reíste hablando en el "idioma de la e", cantando a lo "gente con chispa", dando volteretas como si tuvieses 5 años o siendo la primera rubia de la historia que tiró los 3 bolos de "los tiramonos". Es un lujo poder repetir estas historias una y otra vez con la gente que queremos, poder reír e incluso poder exagerarlas cada vez que las contamos para reír cada vez más. Revivir momentos felices es uno de los privilegios que nos otorga nuestra memoria. Cada vez que lo recordáis el momento vuelve y, aunque tú no viviste aquél instante, la disfrutarás, porque tú mismo has creado el recuerdo.
Me quedo con mis recuerdos, con los míos y con los compartidos.

"Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces"

Marco Valerio Marcial











2011 Año Internacional del Alzheimer.