miércoles, 26 de agosto de 2015

Carta para Noa

Cuando nació le dedique una carta a tu hermano mayor contándole cómo habíamos vivido los papás su llegada a este mundo y siento que tú también te mereces este momento aunque nunca llegues a leerlo.

Fuiste muy rápida en llegar desde que papá y yo decidimos empezar a buscarte queriendo tomárnoslo con calma. Te concebimos entorno al 21 y 27 de Junio en mitad de una mudanza así que no sabemos a ciencia cierta si fue en nuestro antiguo o en el nuevo hogar.

Sin embargo, no pensábamos que nada hubiera pasado hasta el  fin de semana del 11 y 12 de Julio en el que gracias a tu hermano David y el dolor que empezaba a sentir al amamantarlo se me disparo la alarma. Así que según llegamos de Valencia y mientras papá subía las cosas confirme mis sospechas. Debo confesarte que fue una sensación extraña porque el primer momento no lo viví con la intensidad con la que había vivido la noticia de David. Fue un momento más bien de aceptación de algo que no esperaba llegase tan rápido y la reacción de papá fue algo similar. De hecho durante estos primeros momentos tuve la sensación de que mi corazón y mi mente estaban trabajando como el resto del cuerpo en prepararme para algo que aun no esperaba pero que requería toda mi ilusión e interés. Así que en unas horas ya te quería conscientemente y fantaseaba contigo. Papá parecía menos ilusionado y eso me ponía triste aunque no se lo decía. Sin embargo, cuando la mañana del lunes al despedirse de nosotras te dedicó un beso en mi barriga supe que su corazón y su mente habían realizado el mismo trabajo que los míos.

Al principio intenté tomármelo con prudencia haciendo caso a la creencia popular de que esperar a las 12 semanas para hacer pública una noticia así disminuye el impacto posible ante una pérdida temprana. Pero bastó un día para que estuviera deseando gritarlo a los cuatro vientos. Tu madre no sabe guardar secretos así. Además, nunca he pensado que una pérdida temprana me doliera menos si nadie la conocía. Así que igual que con tu hermano no esperamos y decidimos contarlo y disfrutar con todos del tiempo que pasaras con nosotros, fueran días, meses o años.

Mi situación física durante el embarazo era genial. No sentí ninguna nausea, mareo, bajada de tensión, ni síntomas desagradables que si sentía con David, así que lata me diste muy poca.
Desconocíamos  si eras hombre o mujer así que elegimos para ti un nombre que nos permitiera llamarte desde muy temprano y creo que fue en la semana 8 o 9 cuando Noa nos encajó a los dos. Si eras chico serias Noah y papá te iba a llamar Noé y si eras chica serías Noa. Me dirijo a tí como si fueras mujer porque así me sale y porque aunque fueras un chico creo que no es algo que vaya a importarte demasiado.

Ahora mismo estoy de 11 semanas y sigo embarazada pero el viernes recibí una noticia que no sospechaba. Tuve un ligero manchado que me asustó y automáticamente creo que conecté con lo que pasaba porque la tristeza se apoderó de mí, pero mi mente y la necesidad de mantenerme fuerte por tu hermano me mantuvieron expectante hasta llegar al hospital. Nos acompañó tu tío José Mari, el que probablemente hubiera sido tu padrino. La ecografía mostraba que tu vida hacia probablemente alguna semana se había apagado y que mi cuerpo no parecía haberlo asumido hasta ahora. Fue un jarro de agua fría para mí. Aguanté la compostura e intenté mantenerme centrada y conectada pero algo dentro de mí se ha roto. Llevo un día y medio intentando despedirme de ti, meditando, hablándote, honrándote e intentando entender qué enseñanza es la que debo extraer de todo esto, pero aun no la tengo. Supongo que hasta que no pasa la tormenta uno no puede ver nada y ahora mismo estoy debajo del agua, los rayos y los truenos intentando no pasar miedo y mojarme lo justo y necesario.

Mi cuerpo sigue sangrando y llorando tu pérdida a su manera pero aún no ha dejado salir lo que queda de ti, así que lo que tuviste tiempo de crear de tu cuerpo físico sigue dentro de mí y trato de sentirte energéticamente pero la pena es tan grande que no puedo. Estoy bloqueada.
Me han dado la opción de provocar médicamente tu expulsión, pero durante todo el embarazo tuve muy presente que quería que nacieras cuando la naturaleza dijera y en el lugar donde ambas estuviéramos cómodas así que he preferido que dejen a mi cuerpo hacer lo que tenga que hacer porque él sabe cómo actuar.

Solo me queda esperar a que ambos cuerpos estén listos para despedirse y separarse. Y aquí estaré mientras, contándote cada sensación, sentimiento y experiencia que me queden por vivir en este proceso que aunque me gustaría que fuera rápido durará lo que la vida quiera que dure, como ha pasado contigo peque.

Hola de nuevo cariño!
Han pasado dos días y algo muy importante. La mañana del lunes amanecí especialmente entera, energética, recuperada y con ganas de enfrentarme a lo que hiciera falta. Creo que gran parte del apoyo, del Reiki y la propia naturaleza provocaron ese estado de euforia en mí por lo que iba a pasar.
Durante la mañana se intensificaron los dolores que sentía en el útero y a la hora de comer identifique por su intensidad y comportamiento que estaban siendo contracciones. Tu parto estaba cerca y podía sentirlo. No fue como yo me había imaginado pero sí en el respeto y con el amor que siempre quise. Cuando noté que el momento ya estaba cerca salté de la pelota de pilates y me lance a la bañera mientras papá encendía el agua caliente. Me agaché y en cuclillas con el agua fluyendo empezó a fluir también lo que quedaba de tí. Pude recoger la bolsita y la placenta que con tanto amor habíamos creado. Papa y David estuvieron allí para recoger lo que nos dejaste como prueba de tu vida y creo que era justo lo que necesitaba tener para ser consciente de que habías sido real, tan real como lo fue David cuando lo toque por primera vez. Estuve todo el día pletórica, agotada y dolorida pero entera y consciente de la trascendencia del día. El 24 de Agosto será tu día.

Esta noche papá, David y yo te hemos dedicado una ceremonia preciosa donde te hemos hablado, llorado y recordado. La naturaleza ha hecho todo esto posible y queríamos honraros a ella y a tí ofreciendo a la tierra tus restos que con tanto amor creamos y parimos. Estamos por decidir cuál será la planta que se nutra de ti del mismo modo que durante un tiempo tú lo hiciste de mí. Estoy segura de que sea la planta que sea sentirá todo el amor y cariño que hemos puesto en cada una de esas células y nos va a ofrecer algo precioso.

Hoy después del cocktail de ayer vuelvo a estar triste y a sentir tu pérdida pero creo que te mereces este duelo y que sentir tu pérdida no significa que haya nada malo.
La vida y la muerte son necesarias y no puede existir una sin la otra. A veces lo olvidamos y nos aferrarnos a la vida olvidando que morir es también un proceso de crecimiento y desapego necesario. Esa es la mayor enseñanza que he recibido de tí. Has sido capaz de vivir y morir sin permitirte sufrir. Los que sufrimos somos los que nos resistimos a asumir lo que la vida y la muerte nos ponen delante.

Gracias cariño porque en tu corta vida nos has enseñado mucho;

Me has mostrado que a los hombres no les reconocemos su dolor en estos momentos. No se permiten caer por proteger a su mujer pero sufren por dentro y nadie se lo tiene en cuenta. Tu padre ha llorado tu pérdida tanto como yo pero con menos lágrimas. Le he visto sentir miedo de que la pena me consumiera, ha sufrido por tí, por mí y por David  y casi nadie se ha parado a pensar que la cruz con la que cargaba él también era muy pesada.

Has hecho que valorásemos más la oportunidad que nos brinda la vida con la familia tan bonita que tenemos, incluyéndote a tí. David y tu padre son dos maestros que cada día sacan una nueva enseñanza de la chistera y le hacen la vida más feliz y fácil a cualquiera. Los hubieras disfrutado mucho!

Me has demostrado que mi cuerpo sabe seguir los dictados de la naturaleza sin necesidad de que ninguna intervención se requiera. Él te gestó y él te dejó ir con la misma tranquilidad.

Siempre vas a estar con nosotros y en todas las generaciones que nos sigan. Estoy segura de que tu presencia en la familia era necesaria para dar fuerza a los que seguimos viviendo y los que vendrán.

Te amo Noa! Te lloraré y acunaré todo el tiempo que haga falta.

Mamá