El olor de los libros, el momento de forrarlos, la
incertidumbre de qué profe me tocará y si me pondrán en clase con mi amiga del
alma pero sobre todo las ganas de ver a mis amig@s “del cole”.
Sé que el primer día, incluso la primera semana voy con
muchas ganas al cole, además hasta Octubre no hay clase por la tarde (lo malo
será cuando empiecen a mandar tareas). Pero hay algo de la vuelta al cole que
no me mola un pelo y es esa insistente manía de los profes por hacer una
“evaluación inicial para ver cómo andáis después de las vacaciones” (mira que
recuerdo pocas de esas de ortografía, y falta hacen). La primera en la frente.
Desde muy pequeña me ha apasionado estrenar cuadernos y
libros (si entráis conmigo en una papelería ya podéis esperar un ratito…) pero
el momento de agarrar el boli y copiar el primer problema de mates era muy
traumático: folio, boli y cabeza gacha, eso sí que era miedo al folio en blanco
y no el de los escritores. Pero el momentazo del día llega cuando suena la
campana y todos salimos corriendo como alma que lleva al diablo al recreo
(durante unos años tuve cierta confusión semántica con patio y recreo, asociaba patio al
espacio de tiempo como bambi=ciervo, otro día os hablo de mis confusiones
terminológicas). En el recreo del primer día faltan horas para contar todo lo
que ha pasado en el verano: desde la superherida que me hice en la rodilla
cuando subía a “la peña de los 20 duros” hasta la historia del chico salmantino
del que todas estábamos loquitas pero que nos llevó a estar todo el campamento
limpiando ¡qué duro es el amor!
Es fantástico cómo las historias crecen y mejoran con el
paso del tiempo. ¿no os pasa que de tantas veces que habéis escuchado una
historia la conviertes en tuya aunque no vivieses ese momento? Adoro este fenómeno,
es un agujero que la memoria nos regala para unirnos más a nuestros amigos y
construir montañas de oro a base de pepitas.
Recuerdo cuando en mi casa me decían que querían
ponerme libros en la cabeza para que no creciera. Ahora lo entiendo pero lo que
me gusta de ser “mayor” es que tengo la suerte de haber sido esa niña.
Hoy he
vuelto al cole :)
Como molaba la vuelta al cole pero que poco duraba la alegría :)
ResponderEliminarMe encanta:) A mi tambien me encantaba estrenar todo nuevo y tambien estoy contenta de haber sido esa niña! y qué razón tienes que los patios-recreos se hacían cortísimos para contar el verano! Una entrada muy entrañable, gracias por hacernos recordar esos momentos!
ResponderEliminarHola como estas
ResponderEliminarEs bonito recordar los bonitos años de tu infancia y adolescencia, lo que eres ahora se lo debes a ellos. T
ResponderEliminaren en cuenta que a partir de ahora todas las vivencias que tengas agradables y menos agradables te haran crecer como persona y espero que sea para que cada dia seas mejor.
Es una pena que no te pusieran los libros en la cabeza, pero es hermoso y gratificante verte hecha una mujer, por cierto " de gran valia ".
Sigue escribiendo.
ALGUIEN QUE TE QUIERE
ALGUIEN QUE TE QUIERE