jueves, 12 de septiembre de 2013

Repartiendo sonrisas


Ayer tuve la suerte de experimentar en el Metro de Madrid una de estas cosas que salen en las noticias o en Youtube, tipo el famoso chico que canta su CV o un famoso violinista tocando en el metro de Nueva York lo único que no me dio tiempo a grabarlo así que os lo voy a narrar.

Iba yo sentada en el metro, leyendo el Retrato de Dorian Gray y escuchando “Los Coronas” y entraron dos chicos, uno de ellos llevaba una guitarra  y la sacó de la funda mientras el otro empezaba a tamborilear con los dedos en una de las barras verticales, y yo pensé para mis adentros: “verás, unos Andy y Lucas de la vida”.





Les oí decir alto y claro a modo de título “Repartiendo sonrisas” y empezaron a sonar los acordes de una famosilla canción de Efecto Pasillo “Pan y mantequilla” (San Google me ha recordado el nombre de la canción)

Empezaron a cantar y al principio he de reconocer que me molestó un poco, digamos que en un viaje largo de metro hay muchos estímulos y me suele gustar encerrarme en mi libro, pero me di cuenta que sonaban bien, vamos que afinaban. De repente, a mitad de canción, el chico que cantaba se puso a improvisar metiendo frases a la canción sobre cada uno de los que estábamos allí presentes; cosas como “la chica del iphone que escribe a su amiga y la del best seller que está concentrada”, pero con mejor contenido y mejores rimas (yo no valdría para compositora). De repente todo un vagón de metro estábamos sonriendo, medio bailando y nos estábamos mirando entre nosotros, durante unas 3 paradas de metro estos chicos consiguieron que fuéramos personas interactuando entre nosotros y no peones impersonales que se trasladan en un vagón como robots, resultó mágico.


Todos empezamos a meter la mano en el bolso o bolsillo, niños de 7 años, chavales de 16, alguna que otra chica de 27, ejecutivos de 45, señoras de 53 y el señor jubilado de 70, todos metimos la mano en el bolsillo y les dimos alguna que otra moneda, nunca había visto esto, ni me había salido tan natural dar dinero así. Al acabar el cantante que era quien improvisaba pasaba la gorra, y a los que estábamos sentados, se agachaba para mirarte a los ojos y darte las gracias.
Creo de verdad que estos chicos tendrán éxito, y con éxito no me refiero a vender millones de discos o abarrotar el Palacio de los deportes en un concierto (que ojalá!), creo que tendrán éxito porque son felices y hacen felices a los demás REPARTIENDO SONRISAS.


Nota: he buscado en Youtube por si alguien les ha grabado y subido pero no les he encontrado, pero si les veis, quitaos los cascos y disfrutad J

No hay comentarios:

Publicar un comentario